No hace falta que los presente: toda la Argentina conoce a Wanda, la China e Icardi, así como a sus idas y venidas desde el año 2021. Por aquel entonces hubo un supuesto mensaje que habría roto la pareja “ideal” de Wanda y Mauro, pero al poco tiempo su reconciliación se televizó.
Años después la pareja volvió a tener problemas, aunque parecía no ser a causa de la China: apareció el cantante Elegante a romperlo todo. Pero en diciembre del 2024 el público quedó sorprendido cuando la China e Icardi anunciaron que estaban juntos.
Después de esta novedad, en solo un mes ha habido múltiples idas y vueltas entre Wanda, la China e Icardi que incluso llegaron al ámbito legal. Y, mientras tanto, muchas personas del país se declaran team Wanda o team China.
Ahora bien, ¿se puede decir que entre Wanda e icardi hubo amor? ¿o que entre la China e Icardi hay amor? De eso -y de tí- quiero hablarte en este artículo.
¿Hay amor entre la China e Icardi?

Si se analiza a esta pareja, así como a la pareja que tenían Wanda e Icardi, no se puede hablar de amor. Y no lo digo desde un lado ético de la situación, la explicación es psicológica: lejos de tener una relación donde se sientan en paz, tranquilos, con confianza en el otro y mucha conexión, lo que en verdad tienen estas parejas es una relación de dependencia.
Sus vínculos no son para nada relajados o “aburridos”: tienen adicción a la adrenalina, a la exposición mediática, a las explosiones y a sobresalir, figurar o estar presentes para que las personas hablemos de ellos. Además, están dispuestos a que se hable de ellos a cualquier costo.
Así, a Icardi se lo identifica -desde su relación con Wanda- con la palabra “Icardiada” (es decir, se lo bautizó con una palabra creada a partir de su apellido y que tuvo que ver con su acción de “robar” la pareja a su amigo), a la China se la llama “rompehogares” (por el “peligro” de que se acerque a un hombre casado) y a Wanda se la conoce como la “desvergonzada” (por decir que era “virgen” en un programa de Jorge Rial cuando no lo era y por mostrar e inventar su vida privada).
Tampoco parecería importarles el impacto que genera en sus hijos la situación de verlos yendo y viniendo y de escucharlos o escuchar rumores sobre los insultos, las llamadas a los gritos o las distintas escenas de celos. Y tampoco tienen problema en hacer pareja con otros personajes de la farándula mostrándose “ultra enamoradas” cuando están al pendiente del triángulo “amoroso”.

Wanda, por ejemplo, se ha mostrado nuevamente en un vínculo con Elegante y hace unos días se la vinculó con un polista y hasta con su ex y padre de sus hijos, Maxi López, quien terminó separándose de su esposa por ese supuesto reencuentro.
Por su parte, mientras Wanda estaba con Icardi, la China se mostró en relaciones con el cantante Rusher King y con el automovilista Franco Colapinto, llegando al punto de tatuarse un símbolo en honor a uno o comprometerse con el otro.
Esto no significa que Wanda o la China no quieran a las personas que están a su alrededor, sino que han aprendido a vincularse de una forma que no es amor.
Así, van y vienen por distintas relaciones, sin darle lugar a la soledad a la que tanto parecen temerle y en la que podrían encontrar la solución.
¿Por qué me atrevo a decir que esta es la razón por la que van y vienen?
Hay varias razones para afirmar que la China y Wanda sufren de dependencia emocional, pero, entre ellas, la más evidente es la intermitencia en sus vínculos (la cual es un síntoma común de desregulación emocional). En Icardi, por su parte, puede verse una codependencia emocional, ya que siempre está detrás de ambas y de una forma bastante agresiva para con él (no teme al que dirán ni a cuánto se vea afectada su carrera futbolística).
Sea como sea, sabemos que al menos dos de ellos, es decir, la China e Icardi, no vivieron su infancia como “niños”: tuvieron que trabajar y perfeccionarse desde pequeños y, por ello, “hacerse grandes” siendo chicos. Esta situación en su adultez se ha dado vuelta y ahora ambos parecen niños necesitados del amor y la atención que no tuvieron en el pasado.
A su vez, la carrera de Wanda nació de escándalos y se construyó en base a escándalos, por lo que vivir su vida como un escándalo es parte de su identidad. Así vemos como ella envía audios, filtra fotos y manda información a periodistas de la farándula, pareciendo disfrutar la situación. No obstante, hay cierta desplogidad e impulsividad en sus actos.
Todo esto me da indicios de que hay dependencia emocional: Icardi y la China fusionados con su modalidad intensa de “amar” (hasta se habla de un posible hijo) y Wanda mirando desde afuera e insistiendo con su relación con Elegante para, al parecer, poder procesar el duelo y la guerra entre ella y la China.
¿Por qué causa tanto “morbo” esta situación?

Estar atentas a esta situación causa morbo porque, en cierto punto, habla de nosotras. Ponernos a favor de Wanda o de la China o ser Team Wanda o Team China nos muestra viejas creencias que siguen dando vuelta en nuestra sociedad y que cuesta muchísimo erradicar.
La pelea, además, pasó a ser entre ellas dos, que es lo que le suele suceder a muchas mujeres ante una posible infidelidad. El eje se corre de él y se va hacia ellas, dejando al hombre algo más indemne de la situación: ¿qué tienen ellas? ¿por qué hacen lo que hacen?
Además, a muchas personas les pasa lo mismo en el ámbito privado, en el ámbito del consultorio o conocen a alguna amiga o les pasó con algún ex o con alguna pareja. Sin embargo, no es algo de lo que todo el mundo se entere, pues no pertenecen al mundo del espectáculo.
Si crees que podrías estar pasando por una relación dependiente, te invito a realizar este autotest. No es un diagnóstico pero te ayudará a entender a dónde estás parada.
Importante: el abordaje de este artículo no se puede generalizar. Para obtener un diagnóstico y herramientas adecuadas a tu caso en particular, debes realizar una consulta con un profesional.
*Fotos gentileza: Yahoo, Paparazi, Instagram.