Alejandra se siente mal. Vive en un estado de desesperanza, incertidumbre y retracción. No entiende qué le pasa, pero sí sabe que algo en ella ha cambiado.
Era optimista, tenía sueños y una gran ambición por conseguir lo que quería. Pero un día -no sabe exactamente cuál- comenzó a ver el mundo con otros ojos.
Esta historia no es nada rara y lamentablemente se da más veces de lo que se cree. Y no se trata de tristeza, sino de depresión.
Pero, ¿qué es la depresión?
La depresión es un trastorno de la mente que tiene como características al desánimo y la tristeza. No es un estado pasajero, no es igual a sentirse triste, sino que es un problema crónico que no nos permite hallar proyectos de vida.

En algunos casos, se presenta como una consecuencia de la crianza que se ha recibido. Pero también puede ser resultado de creencias limitantes, dificultades personales, etapas de la vida difíciles de superar al igual que duelos que han quedado guardados.
Cuando se suma lo anterior, la persona llega a un punto de su vida en donde no encuentra motivación o la encuentra en pequeños momentos, pero no sabe qué herramientas usar para abrir esas puertas y empezar a resolver lo que le está pasando. Y es entonces cuando aparece la depresión.
La persona con depresión ¿se da cuenta que la tiene?

A veces, las personas que tienen depresión no se dan cuenta que la tienen. Sin embargo, como en el caso de Alejandra, saben que algo no anda bien.
Suelen sentirse ansiosas, tristes, vacías, culpables, inútiles, impotentes; tienen dificultades de mantener la concentración; su energía es baja y pierden el interés por actividades que antes disfrutaban.
Algunas personas con depresión también suelen presentar cambios en el apetito, dolores crónicos, problemas digestivos y problemas para dormir. Además, en algunos casos, tienen pensamientos de muerte o suicidio.
¿Se puede salir de una depresión?
Se puede salir de una depresión. Por ejemplo, María Laura, otra de mis pacientes, llegó hace unos años sumida en una profunda depresión, aunque no lo sabía. Sentía una tristeza enorme que la atravesaba y pensó que era pasajera.
Al pasar los meses, ese sentimiento se fue agravando, hasta que no se pudo levantar de la cama ni sentir deseos de bañarse. Cuando le pregunté qué proyectos tenía, me dijo que una persona de 60 años no podía tener ningún proyecto.
Empezamos desde entonces a trabajar poco a poco en sus deseos, a buscarlos, a entenderlos, a ver que a cualquier edad se pueden tener planes. Y luego de unos años, logró cumplir un sueño que tenía desde que empezamos: viajar y reencontrarse con sus seres queridos.
Ahora bien, puede que la depresión haya estado acechándola en distintas oportunidades, pero al encontrar un proyecto que la atara a la vida y revisar sus creencias, pudo enfrentarla, salir fortalecida de aquella situación y con mayor autoestima.
¿Se puede ayudar a alguien con depresión?
Si no eres la persona que padece depresión sino alguien cercano a ella, puedes ayudarla únicamente buscando ayuda terapéutica. Enviarle o decirle frases motivadoras no servirá de nada, aunque sean dichos con buena intención.

Tampoco sirven los comentarios o las creencias erróneas en torno a la depresión, como decir que “le falta poner más voluntad” o que “la está fingiendo”. Ni pensar que es algo de la tercera edad o que es para toda la vida, porque solo son mitos que no ayudan en nada.
¿Qué debería hacer si creo que tengo depresión?
En caso de que creas que tienes depresión o te sientas identificada con lo que comenté más arriba, es momento de buscar ayuda terapéutica.
En algunos casos, se indican tratamientos combinados con psiquiatría. Pero en otros casos, la psicoterapia sola es muy efectiva, combinando estrategias que involucran la terapia de activación conductual para encontrar ese proyecto que le dará un sentido a tu vida.
Importante: el abordaje de este artículo no se puede generalizar. Para obtener un diagnóstico y herramientas adecuadas a tu caso en particular, debes realizar una consulta con un profesional.
Los nombres mencionados en el artículo son ficticios, a fines de compartir con ellos las cientas de historias similares en torno a esta problemática.
Historieta: We life.