Aunque las respuestas parezcan obvias, en los últimos años este término ha sido bastardeado e incomprendido, llevando a desconocer las características de una persona sin responsabilidad afectiva. Si quieres averiguar si han sido irresponsables contigo, continúa leyendo.
Parece una obviedad pero no lo es: ser responsable afectivamente no es hacerse cargo de todo. Me explico: no se trata de culparse por lo que hagan los demás, como dejarnos de hablar o mirarnos raro. Sin embargo, muchas personas piensan que es así y no comprenden cómo actúa alguien con responsabilidad afectiva.
Esto ha llevado a innumerables conflictos y a autoestimas muy bajas, dejando corazones rotos de un lado y del otro. No obstante, para que no hayan confusiones y se comprenda el tema, decidí abordarlo en conjunto con la licenciada en Psicología y Sexología, Alexandra Amorós.
Empecemos por el principio.
¿Qué es la responsabilidad afectiva?
Ya aclaramos qué no es responsabilidad afectiva, pero ¿qué sí es? La responsabilidad afectiva tiene que ver con la capacidad que tenemos de entender que nuestras acciones, palabras y decisiones impactan en las personas con las que nos relacionamos. Además, significa tener los recursos necesarios para autoexplorarnos y comprender qué nos pasa, qué nos molesta y cómo reaccionamos frente a eso.
Está ligada directamente al autoconocimiento y la introspección y a la empatía y la ecpatía (la capacidad de no dejarnos ahogar por las emociones de los demás). Y se vincula con cualquier tipo de relación, sea de pareja o no.
En términos simples, forma parte de aquellas relaciones donde las personas pueden expresarse y plantear qué necesitan y qué no de forma asertiva, de modo que implica reconocer que cualquiera de las dos partes tiene derecho a sentir lo que siente (más allá de si se está de acuerdo con eso o no).
¿Cómo se comporta una persona que no tiene responsabilidad afectiva?
A diferencia de aquellas personas que se comportan de forma responsable (esto es, de quienes son claras, honestas, coherentes entre lo que dicen y hacen y que no delegan culpas), quienes no tienen responsabilidad afectiva se enojan sin razón. Suelen ser personas que se angustian, que nos culpan de lo que les sucede y que nos dicen cosas que no nos quisieran decir.
Son los típicos “fantasmas” que dejan de escribir y desaparecen de un día para el otro o que lo hacen cada tanto y luego nos buscan. Además, suelen ser personas muy centradas en sí mismas, con poca o nula empatía.
Muchas veces no se dan cuenta de su irresponsabilidad y entonces actúan de formas que no corresponden, hiriendo a sus víctimas.
¿Cómo afecta la irresponsabilidad afectiva a la víctima y al victimario?
Al mismo tiempo en que dañan a quienes están del otro lado, estas personas sin responsabilidad:
Exponen a las víctimas a situaciones agresivas.
Exponen a las víctimas a personas agresivas.
Exponen a las víctimas al dolor por su desaparición.
Generan miedo en las víctimas y sus vínculos futuros.
Las llevan a la famosa pregunta “¿estaré loca?” (disonancia cognitiva).
Y, con sus mensajes contradictorios, generan mucha angustia y ansiedad haciendo que necesiten acompañamiento terapéutico.
Ahora bien, es importante aclarar que esta situación no tiene género, aunque se nos haya socializado para que los varones hetero sean personas a las que se les permita no ser responsables y para que las mujeres hetero seamos empáticas y responsables.
En ese sentido, existen hombres y mujeres sin responsabilidad afectiva por igual que están más ligados a los modos de crianza y épocas generacionales que al género en sí.
¿Pueden evitarse las personas sin responsabilidad afectiva?
Si bien no existe algo así como la “prevención” al contacto con personas irresponsables, si se puede trabajar en el amor propio y el autoconocimiento para salir rápidamente de una relación de este tipo. También debemos decir que la responsabilidad afectiva se construye y se entrena, por lo que quienes desean cambiar sus actitudes pueden hacerlo.
Por lo tanto, dependerá de ambas partes el continuar con la relación y el mejorar su compromiso y ética hacia uno mismo y hacia el otro. Si quieres realizar el test para averiguar si eres una persona con responsabilidad afectiva, haz clic aquí.
Importante: el abordaje de este artículo no se puede generalizar. Para obtener un diagnóstico y herramientas adecuadas a tu caso en particular, debes realizar una consulta con un profesional.
Fuente de imágenes: Diario Uno Entre Ríos.
Aunque las respuestas parezcan obvias, en los últimos años este término ha sido bastardeado e incomprendido, llevando a desconocer las características de una persona sin responsabilidad afectiva. Si quieres averiguar si han sido irresponsables contigo, continúa leyendo.
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